viernes, 15 de febrero de 2008

Princesas, príncipes, guerreros y guerreras.




Después de mucho pensarlo, a sabiendas de que esto no es más que una idea simplista y que potencia la visión dual de la realidad, he llegado a la conclusión de que en el mundo podemos encontrar dos tipos de personas: príncipes/princesas y guerreras/guerreros.

Cada una de las dos categorías posee sus propias virtudes, aunque no son exclusivas de ninguna de ellas, y también les acompañan algunos defectos. Por un lado príncipes y princesas que nos aportan alegría, belleza y templanza y sabiduría y por otro los guerreros y guerreras que portan con ellos energía, fuerza, valentía y justicia. En el capítulo de las faltas encontramos que adornan, entre otras, la compulsión a la clase guerrera y el inmovilismo a quienes ocupan el espacio principesco.

A pesar de todos los aspectos negativos de cada uno de los grupos y de que parecen contrapuestos, ambas categorías se complementan perfectamente para que exista armonía y que la vida no arrastre a los unos hacia la eterna beligerancia y a los otros hacia un estado de plena inactividad.

Me pregunto para terminar, ¿En qué categoría he de encajarme?, ¿Qué sería del mundo si no existiese uno de estos dos grupos?, … .

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