lunes, 21 de abril de 2008

La esperanza.



Esperar que algo suceda sin interponer las medidas necesarias para que nuestras ideas se conviertan en una realidad resulta una quimera, un engaño autoimpuesto y una absurda tortura.


Continuamente las personas nos mentimos y creemos poder alcanzar aquellas metas que se encuentran fuera de nuestro alcance, incluso aunque pongamos en marcha las herramientas y armas necesarias para conseguir nuestros objetivos. Los factores externos también condicionan la realidad y a veces se interponen en nuestros caminos, convirtiéndolos en senderos ajenos.


Continuar luchando es importante, incluso cuando sabemos que la lucha está perdida, pero a veces es necesario saber cuándo debemos retirarnos para no realizar un esfuerzo infructuoso.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Que verdad dices... me gustó mucho.
Un saludo