martes, 1 de abril de 2008

Viviendo y no aprendiendo.

Aprender de la experiencia es importante, o mas bien fundamental, en un mundo competitivo y cambiante. El aprendizaje y la adaptación condicionan la continuidad y supervivencia de la especie humana y también de cada una de las personas que habitamos el mundo.


Experimentar y extraer conclusiones en el mundo de la teoría parece relativamente sencillo, una vez disponibles las herramientas y bases necesarias, pero en el mundo real, en el de los sentimientos y acciones humanas, las conclusiones derivadas de nuestra interacción no parecen ser suficientes para establecer patrones reproducibles pues terminamos "tropezando en la misma piedra", tal y como reza la cultura popular.


Tropezar y levantarnos nos ayuda a crecer, a veces incluso somos capaces de aprovechar la experiencia ajena pero normalmente hasta q no nos golpeamos con nuestra propia cabeza no somos capaces extraer conclusión alguna, pues nos cegamos en la realidad propia sin compararla con la ajena que hemos conocido e incluso juzgado.


En la vida nunca debemos dejar de aprender, de investigar nuevos caminos, de arriesgarnos en aventuras intelectuales que pongan a prueba nuestras capacidades, incluso cuando sabemos que nos vamos a equivocar, como es en estos días mi caso.




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