Esperar que algo suceda sin interponer las medidas necesarias para que nuestras ideas se conviertan en una realidad resulta una quimera, un engaño autoimpuesto y una absurda tortura.
Continuamente las personas nos mentimos y creemos poder alcanzar aquellas metas que se encuentran fuera de nuestro alcance, incluso aunque pongamos en marcha las herramientas y armas necesarias para conseguir nuestros objetivos. Los factores externos también condicionan la realidad y a veces se interponen en nuestros caminos, convirtiéndolos en senderos ajenos.
Continuar luchando es importante, incluso cuando sabemos que la lucha está perdida, pero a veces es necesario saber cuándo debemos retirarnos para no realizar un esfuerzo infructuoso.
1 comentario:
Que verdad dices... me gustó mucho.
Un saludo
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