miércoles, 2 de abril de 2008

Nieva sobre quemado.


"Parece que la nieve ha durado poco esta vez", dijo la señora Luisa, "y me han contado que el pantano sigue igual, al parecer tienen abierta la compuerta". Esta gran mujer que vive en un pueblecito de Babia, pulcra, metódica, respetuosa y adaptada a los tiempos en que vive a sus 81 años, me contaba esta mañana que no recordaba un invierno en el que hubiese nevado tan poco y tan tarde.


Las personas mayores, muchas veces testigo de los cliclos que discurren a lo largo del tiempo, son capaces de identificar situaciones nunca antes vividas, al menos en sus recuerdos significativos. A lo largo de la jornada de hoy he tenido el placer de poder hablar con al menos cuatro personas que superan las ocho décadas de edad y todas ellas conciden en que no recordaban un invierno como el último. "Nunca había ardido la tierra como lo hizo hará un mes por allí" me ha contado una de ellas, pero después añadió "aunque por suerte ha nevado y los del campo tendrán agua para el riego".


La preocupación por el agua se acrecenta, es un bien imprescindible y frecuentemente escaso, pero habitualmente no somos conscientes de lo precioso que es.


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