A lo largo de la jornada de hoy se ha celebrado el día en el que aparentemente deberíamos despertar nuestras conciencias sobre la necesidad de hacer un uso responsable y eficiente de los recursos energéticos de los que disponemos en la época actual.
La verdad es que no he escuchado a ninguna de las personas con las que me he encontrado a lo largo de la jornada, dentro y fuera del trabajo, hacer referencia a esta efeméride así que me he propuesto sacar el tema con un par de personas, que parecían receptivas. Mi sorpresa ha sido considerable cuando al comentarles el asunto me han respondido, como si de una respuesta atávica se tratase, que si los grandes no hacen nada al respecto, no sirve que quienes somos ciudadanas y ciudadanos de a pié modifiquemos nuestros hábitos de consumo.
Discrepo por completo de la afirmación que me han ofrecido ambos interlocutores, pues, tal y como repite el comercial del Ministerio de Medio Ambiente, “EL TOTAL ES LO QUE CUENTA” y dicho sumatorio es el resultado de los consumos de las industrias y del aporte doméstico. No estoy dispuesto a buscar farragosas estadísticas, pero a ojo creo intuir que un cambio en nuestros comportamientos domésticos puede suponer un importante hito en la conservación del entorno para que las generaciones futuras puedan conocerlo “casi” como llegó hasta nuestras manos.
¡APORTEMOS NUESTRO ESFUERZO AL BIEN COMÚN, SIN BUSCAR EXCUSAS!
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