domingo, 4 de mayo de 2008

Efemérides y desgracias.



Hemos celebrado a lo largo de la semana toda suerte de conmemoraciones (el día del trabajo, el aniversario de las revueltas contra las tropas francesas hace dos siglos, ...) y también nos han sorprendido un número importante de noticias. De estas últimas quisiera destacar que un elevado porcetaje de la población mundial se muere, literalmente, de hambre por la imperiosa necesidad de carburantes de los países desarrollados.


Muchos medios han recogido la notica en sus ediciones, pero a pesar de ello no parece existir una conciencia en lo relativo a las habrunas y conflictos que comienzan a florecer a su alrededor. Nos preocupan la subida de los precios, las injusticias sociales (en especial las que nos afectan de manera directa o a nuestro entorno) y sin embargo olvidamos que en otros lugares, muchos de ellos no demasiado alejados, muchas personas no pueden comer nada distinto a las "galletas de barro" que, aunque poco nutritivas, silencian el hambre de a quienes ha afectado en mayor medida la subida de precios de los cereales y sus derivados.


Desde luego no me atrevería nunca a ofrecer recetas o soluciones, pues desconozco las herramientas a emplear para la resolución de problemas de dicha índole, lo único que deseo es que por un minuto seamos conscientes de que a pesar de poder sentir que hemos caído en desgracia por la subida de los cereales aún podemos comer, eso si, a costa de recortar nuestros gastos en aquello que puede ayudarnos a sobrellevar la cotidianeidad laboral con todas sus situaciones de inestabilidad y precariedad.


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