jueves, 24 de enero de 2008

Día del Holocausto.

Quedan pocos días para que se conmemore el Día del Holocausto, sesenta y tres años han transcurrido desde que se abrieron las puertas del campo de concentración de Auschwitz . El 27 de enero de 1945 ejercito aliado pudo observar de forma directa y clara el sistema empleado para eliminar a más de seis millones de personas por ser judíos, por pertenecer a alguna étnia concreta o por su orientación sexual.
Aún hoy me sorprenden dos hechos muy ilustrativos de cómo la memoria, incluso la colectiva, selecciona lo que recordamos para reconstruir el pasado. Por una parte me asombra que aún hoy muchas personas duden de la veracidad de lo sucedido en los campos, dicen que el exterminio no se llevó a cabo de ninguna manera, que los campos eran prácticamente ciudades de vacaciones, en fin, no se ni que comentar al respecto. En segundo lugar me sorprende que aún hoy se excluya en muchos de los homenajes a quienes constituyeron el escalafón más bajo de los campos: los hombres homosexuales. Los malos tratos y las torturas a las que fueron sometidos los hombres que portaban un triángulo rosa en sus ropajes, han sido en gran medida olvidados por la imposibilidad para solicitar sus pasaportes de deportados una vez concluyó la segunda guerra mundial.
Hoy en día muchos de los argumentos que algunos grupos de presión emplean para frenar el avance de los derechos de gays y les bianas se asemejan a los argumentos que esgrimían los ideológos nazis, a veces incluso no existe ninguna diferencia.
Desde aquí quiero dejar constancia de mi personal homenaje a quienes fueron literalmente eliminados por su orientación sexual.


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