Por lo que a mi persona respecta, este 2008 he decidido esperar algunos días para reflexionar sobre cuáles son mis prioridades y me he dado de plazo 366 jornadas completas, de esta forma no me sentiré defraudado ni incumpliré aquellas metas marcadas sin conocer el contexto en que deberán alcanzarse. No constituye un acto de vagancia o pereza, ni tampoco de ausencia de ambición, sino que puede ser el resumen del que será mi principal propósito para el próximo año: disfrutar en cada momento con aquellas personas, situaciones, sentimientos o cosas que se encuentren en mi camino, prestando una especial atención a quienes se encuentran carca de mí y sin olvidar nunca que en la vida resulta imprescindible continuar creciendo.
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