domingo, 19 de octubre de 2008

Horario invernal y desajuste emocional.

Solamente falta una semana para que los relojes de todo el país se adecúen al horario de los meses fríos y del tiempo de oscuridad temprana, las largas tardes del verano han quedado atrás y debemos hacernos a la idea de que dormiremos una hora más la primera noche, cosa que nunca sucede en realidad pues nos acomodamos pronto a la idea de que esa noche será una hora más larga y nos acostamos con el horario del día siguiente.

En esta ocasión los telediarios no hablarán sobre los desajustes emocionales que nos provoca el cambio de horario, ni sobre las espeluznantes consecuencias económicas de la reducción de la productividad pues como incrementamos en una hora el periodo de descanso dichas consecuencias se atenúan. Tampoco nos hablarán sobre los efectos del menor número de horas de luz y su del desastroso desajuste que provocarán en nuestro sistema endocrino y por lo tanto en nuestras emociones. Tal vez nos esperan meses de desajuste emocional, pero los amortiguaremos con una hora de sueño y con más horas de luz al día: ¡ÁNIMO! ya queda poco para que regrese la primavera.

3 comentarios:

Santi dijo...

Esperaremos con ansia el retorno de la primavera, las temperaturas suaves, los paseos por la playa...

En nuestra memoria quedarán los instantes que captaron nuestras retinas durante este verano, y su recuerdo nos permitirá, esperanzados, superar cualquier desajuste de los que nos hablas.

Felicitaciones por el blog.

Anónimo dijo...

Veo que tú ya has colgado el cartel con el horario de invierno en tu blog. En cuanto menos te lo esperes es verdad que llega la primavera, aunque en mi caso, con ella, llegan los treinta también... Ay!!!!

Santi dijo...

Mado... quien pillara los 30! :)
Jorge Manrique ya lo dijo en las coplas que escribió a la muerte de su padre "cualquiera tiempo pasado fue mejor".

Quizás es porque miramos con añoranza lo que de bueno tuvo el pasado, sin ser conscientes de las cosas buenas de nuestro presente.

Incluso el invierno, resulta maravilloso.