sábado, 6 de septiembre de 2008

"Sorpresas sorprendentes"

Por recomendación de mi javerá lalimudim, Mado, que me instiga a continuar con el blog voy a hablar sobre como algunas veces las sorpresas aparecen en nuestras vidas.

Hablando el viernes por la tarde, justo antes del comienzo del Sábado, comentábamos algunos de los sucesos de la semana pasada y la conclusión de consenso fué que por mucho que conozcas a alguien, por muchas situaciones que vivas a su lado, a pesar de todo nunca terminas de conocer a esa persona y puede hacer algo, sin juzgar si constituye una bajeza o no, que no esperas ni esperarías en base a tu conocimiento y experiencias previas.

De todas formas, si hemos de ser sincer@s, en muchas ocasiones decir que un comportamiento constituye una sorpresa es un autoengaño a su vez, pues quienes están o han estado cerca nos muestran cada jornada su comportamiento con otras personas y tal y como dice la Chatirruli: "al final uno siempre vuelve a beber agua en la misma fuente que acostumbra", podría citar muchas otras opiniones pero creo que con una es suficiente, en especial teniendo en cuenta que es una voz autorizada.

Nunca alguien dejará de sorprenderte, por mucho que lo conozcas, o que creas conocer el reflejo de su persona que deseas ver. Tal vez sea la luna, quizá el tiempo atmosférico, ... o tal vez el interior de cada persona que finalmente se muestra en las situaciones mas inesperadas.

No quiero terminar sin mencionar una cita de Victor Hugo que siempre me ha parecido bastante justa, aunque le falta alguna mención al libre albedrío que todas las personas poseemos:

"NO HAY MALAS HIERBAS NI HOMBRES MALOS: SÓLO MALOS CULTIVADORES".


1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querido Javer Lalimudim, este post me trae a la memoria muchas canciones, como esa que dice, "la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", o aquella otra que dice "no soy mala hierba, sólo hierba en mal lugar". En cualquier caso, enfrentarte a la mentira, a las cosas fingidas que caen como flores marchitas, es duro. Yo siempre he dicho que no hay ningún chaleco antimentiras del mismo modo que los hay antibalas, y ojalá los hubiera, chalecos antimentiras, porque cuando te atraviesan el corazón, te enteras del impacto pero bien enterado.
Bueno, como ves ya volví de london. ¿Qué tal tu visita a los hermanos de la comunidad asturiana?
www.madomartinez.com